Si bien oscurecido durante algunos años por la figura de su hermano Antonio, nadie duda hoy de la autenticidad lírica y de la capacidad de Manuel Machado (1874-1947) para conjugar en su poesía elegancia y hondura o, como dijo Dámaso Alonso, «ligereza y gravedad». La presente antología poética da cuenta de la riqueza de temas y estilos que tocó a lo largo de una prolongada trayectoria marcada en su final por las circunstancias políticas. Partiendo del modernismo y considerado en un tiempo el Verlaine español debido a su esfuerzo por aclimatar en España las corrientes parnasianas y simbolistas francesas, la expresión de la intimidad a través de una fina intuición de las correspondencias entre paisajes, colores, sensaciones y estados de ánimo, así como el tratamiento reflexivo de el amor y la muerte, no le impidieron abordar otros asuntos, como las descripciones de la fiesta taurina y las recreaciones de la poesía popular y del cante flamenco. En su libro más importante, El mal poema, reivindicó una poesía desgarrada, prosaica y acanallada, de gran trascendencia para los poetas recientes.