El 1 de abril de 1939, cuando finalizaba la Guerra Civil, había en España más de dos mil piezas de artillería de diferentes calibres, modelos y procedencias. Entre este impresionante muestrario de poderío militar el Ejército nacional disponía de tres modernísimas, atípicas y solitarias baterías de origen alemán, cuya presencia en España ha sido una verdadera incógnita.
En este trabajo se repasan los motivos de la presencia artillería alemana en España, se detallan los modelos de las piezas y su orgánica durante la Guerra Civil así como su emplee en combate desde la batalla del Ebro hasta el final de la contienda. Finaliza el estudio con dos interesantes epílogos: uno referente a la fabricación en España del obús ligero durante la postguerra, y otro al empleo de estas mismas piezas por los artilleros españoles de la División Azul.