Robar la pasta y las drogas, hecho.
Darse el piro, hecho.
Beth, Orson y Nina han conseguido esquivar a sus enemigos al menos, de momento. Se dicen que los buenos tiempos están a la vuelta de la esquina, pero ¿cuál exactamente? ¿Dónde podrían instalarse para no tener que guardarse constantemente las espaldas? ¿Encontrarán algún día ese lugar o se hundirán para siempre en un pozo cada vez más profundo de paranoia y locura?
Para colmo, ahora resulta que Annie y Kretchmeyer son pareja, una bastante maltrecha, por cierto. Sus vidas son una mierda sin dinero a espuertas ni nadie a quien mangonear, y se lanzan a la carretera.
El infierno los espera. Y allí el pasado siempre te encuentra.