Carta del Alcalde.
Nota del editor a la primera edición.
Nota del editor a la edición de 2011.
Prólogo a la segunda edición, por Fernando Lázaro Carreter.
Prólogo [a la primera edición], por Fernando Lázaro Carreter.
Bando del 31 de julio de 1979.
Bando del 10 de octubre de 1979.
Bando del 18 de septiembre de 1980.
Bando del 26 de enero de 1981.
Bando del 30 de enero de 1981.
Bando del 26 de febrero de 1981.
Bando del 22 de abril de 1981.
Bando del 22 de julio de 1981.
Bando del 1 de diciembre de 1981.
Bando del 3 de febrero de 1982.
Bando del 11 de junio de 1982.
Bando del 16 de noviembre de 1982
Bando del 9 de febrero de 1983.
Bando del 22 de julio de 1983.
Bando del 5 de diciembre de 1983.
Bando del 25 de mayo de 1984
Bando del 16 de diciembre de 1984
Bando del 9 de mayo de 1985.
Bando del 8 de junio de 1985.
Cuando se cumple el 25 aniversario de la muerte de D. Enrique Tierno Galván nos ha parecido oportuno recuperar esta, en su día, exitosa edición, con los " Bandos " de quien fuera Alcalde de la capital de España desde 1979 hasta su fallecimiento en 1986.La especial relación que D. Enrique mantuvo con Tecnos, ejemplificada en aquellas ediciones anteriores de este libro en las que el propio Alcalde intervino, tanto en la edición gráfica como de los textos, nos ha animado a rendir un sencillo homenaje editorial a uno de nuestros más ilustres autores, que en estos textos hace gala de su altura intelectual y política a través de una prosa repleta de ironía, bondad y cultura, ya que, como destaca el también añorado Lázaro Carreter en uno de sus dos prólogos, " estos bandos siguen invitando a ser leídos en otros tiempos y lugares " .Por eso queremos que esta décima edición de los " Bandos del Alcalde " sea, además de un emotivo recuerdo de los que tuvimos la fortuna de conocerle, la oportunidad para que nuestros lectores puedan sonreír ante las sutilezas arcaizantes de un estilo literario que rompe la frialdad del lenguaje normativo de la Administración para encontrar formas de comunicación política, tan didácticas como bienintencionadas, entre un demócrata ilustrado, que lo era y mucho, y ese pueblo llano, montaraz o cultivado que aún le recuerda con cariño y admiración.