El motivo por el que me ocupo del tema de la fe y el saber es el deseo de movilizar la razón moderna contra el derrotismo que alienta en su seno [...] La razón práctica se desdibuja cuando ya no es capaz de despertar, y mantener despierta, en los ánimos profanos, la conciencia de una solidaridad pisoteada en todo el mundo, la conciencia de lo que falta, de lo que clama al cielo. Habermas expone como núcleo de su reflexión la cuestión de la relación entre fe y razón, es decir, entre el ciudadano secular y el religioso. Estas reflexiones, que deben entenderse como contribuciones al diálogo con la filosofía, pretenden servir, pues, de ulterior estímulo para la reflexión y el debate.