Los cuentos de Elsa Drucaroff invitan a no cerrar los ojos ante lo terrible y al mismo tiempo a no callar lo que está pasando. Entre la epifanía y el ajuste de cuentas sus personajes avanzan hacia un punto de encuentro consigo mismos o con aquello que los rodea, ese preciso instante en el que todos nos vemos obligados a cruzar nuestros "checkpoints" sin traicionarnos.