En la II República, en la preguerra civil española, se crearon grupos revolucionarios con el asentimiento del gobierno y la complicidad de las autoridades civiles, permitiendo que grupos anarquistas, del PSOE y del PCE se alzaran con el poder de decisión sobre quién debía vivir y quién no. En todas las grandes ciudades se organizaron las chekas para ese fin. César Alcalá, un historiador experto en la España contemporánea, así como de los nacionalismos que azotan a la política y a la sociedad civil, nos cuenta con detalle qué eran las chekas, quién las dirigía y qué sucedía dentro de aquellos lugares del horror. Lejos de ser un método cívico y justo, eran más bien un sistema de imposición del terror pero solo a una parte bien definida de ciudadanos: civiles de ideología derechista, parcticantes de la religión católica, militares sospechosos y todo aquel que fuese acusado de cualquiera de las razones anteriores. No existían jucios, solo torturas y la decisión personal de unos frentepopulistas y milicianos, sobre si los mataban o no. El relato que expone el autor, no es para todos los públicos per