Quienes acudan a este libro para encandilar a nuestros profesores, amigos o amantes con disquisiciones librescas adquiridas sin esfuerzo, habrán cometido un error: el ensayo de Bayard es en realidad una estimulante reflexión a propósito de qué significa la lectura. Para resolver ese enigma, se impone como tarea desenmascarar uno de los tabúes sociales más extendidos: el hecho de que en algún momento de nuestras vidas todos hayamos fingido haber leído un libro que nunca fue abierto. El autor no sólo asume con naturalidad nuestra sempiterna condición de no-lectores (por mucho que seamos devoradores de libros, el número de lecturas pendientes siempre será mayor), sino que convierte esa en apariencia vergonzante no-lectura en el núcleo mismo de la lectura y, mediante un bucle paradójico, no duda en invocar las intuiciones contenidas en libros de Musil, Wilde, Valéry, Montaigne o Lodge acerca de la fecundidad del olvido, la inconveniencia de la lectura o la capacidad creadora del lector (o no-lector). «Irónico y brillante hasta el delirio» (A. Jiménez Morato, El Duende). «El trabajo de Bayard es una alegre invitación a conocernos a nosotros mismos y a superar el miedo a la cultura» (C. Rodríguez Braun, Expansión). «Su lectura es tan sustanciosa como amena» (S. Aizarna, El Diario Vasco).
En este libro el autor demuestra que Leonardo fue el «padre (no reconocido) de la ciencia moderna». A partir del examen de más de seis mil páginas de los cuadernos de notas que han sobrevivido, Capra explica que Leonardo abordó el conocimiento científico con la mirada del artista. Sus estudios de las formas vivas y de las inertes lo convierten en un precursor del enfoque empírico y sistemático de la observación de la naturaleza, lo que hoy se conoce como método científico. Las exploraciones científicas de Leonardo abarcaban un espectro muy amplio. Estudió los patrones de vuelo de las aves para crear algunas de las primeras máquinas de volar. Con su conocimiento de las palancas, las trayectorias y las fuerzas, diseñó armas. Estudió óptica y las funciones del corazón humano. Era un genio de la mecánica, y sin embargo su visión del mundo no era mecanicista, sino orgánica y ecológica. «Sin duda uno de los más estimulantes ensayos sobre el artista que se han podido leer en tiempos recientes, descubriendo vastos espacios hasta ahora ignorados por la crítica y la historia» (V. Lleó Cañal, Revista de Libros).«Excelente introducción a la obra de Leonardo. Capra tiene una insólita capacidad para abrir nuevos horizontes» (Jordi Pigem, La Vanguardia).