Un inesperado apagón eléctrico el 31 de diciembre lleva a los habitantes de Guayabara a modificar su fiesta de fin de año. Durante la inusual celebración, se produce la desaparición del viejo Rómulo, el telefonista del pueblo; un hombre precedido por una reputación de hosco y peligroso, al que muchos miran con recelo. De inmediato, la sospecha se apodera de sus habitantes y los aboca a ser parte de un juego de elucubraciones del que nadie está exento ni se puede considerar inocente.
En un pueblecito de la Colombia meridional, a merced de un río indómito y una naturaleza desbordante y enigmática, fluyen la vida y las acciones de estos enérgicos personajes que coexisten bajo el mando de la temporalidad. Sus odios y amores, sus amarguras y alegrías, su condición humana más descarnada quedan al descubierto ante el escrutinio de ese ojo ajeno que, curioso e incluso insolente, se acerca para ver su viva cotidianidad.