En este libro se anota la vida: la que se recuerda y se ha perdido, la que nos ha forjado en sangre y en tierra, la que aguarda en la observación del día a día. La autora afronta una reflexión sobre la familia, y cómo nos construye, y sobre el cuerpo, y cómo nos acuna o nos aísla, y sobre nuestra propia posición con respecto a nuestros orígenes.