Konrad Lorenz nos conduce hasta los orígenes del «encuentro» entre el hombre y el perro, cuando se estableció la relación entre nuestros antepasados con el chacal y el lobo. Estos inicios han influido en todas las formas complejas de comunicación, obediencia, ocio, fidelidad y neurosis que han ido configurando la historia entre amo y perro. Recurriendo a casos vividos por él mismo, Lorenz ilumina todo el arco de la «canidad» con la gracia de un verdadero narrador, con la precisión y la sutileza de un científico pionero en la investigación de estos temas, y con la fértil inteligencia de un pensador que supo arrojar nueva luz sobre los problemas humanos.