Los personajes de estos magníficos cuentos viajan mucho. Unas veces van y otras vienen. Se desplazan en coche, en autobús, en moto, en bicicleta, en camión, en tren, en barco o en avión. O bien se calzan unos zapatos o se suben a un monopatín. Y nosotros lectores somos capaces de imaginar sus vidas y viajar con ellos.