Sólo las mentes simplistas o claramente dogmáticas niegan la posibilidad de que los demás puedan tener razón y merezcan ser escuchados y atendidos. Bajo estos parámetros está escrita esta obra, estructurada en forma de diálogo entre dos supuestos profesionales de la educación que encarnan dos posiciones que, en cada uno de los temas tratados, se podrían considerar antagónicas.
Se trata de dos personajes que extreman a menudo sus posicionamientos, tal como suele suceder en la vida cotidiana cuando se debaten los temas educativos, si bien entonces raramente se realizan diálogos sino más bien monólogos, que son lanzados como armas lacerantes contra los oponentes. Siempre resulta más fácil encastillarse en las propias posiciones que responder preguntas de los otros que piensan de manera distinta y ponen a prueba nuestros propios criterios frente a los ajenos. Los diálogos aquí presentados se sitúan en un marco de plena democracia social, donde las ideas son defendibles siempre y cuando no vulneren los derechos básicos de la persona. Están excluidos, por tanto, planteamientos radicales que no tendrían cabida en una sociedad democrática donde la libertad de cada uno tiene como límite la de los demás. Los temas tratados son sólo una muestra de los temas candentes en estos momentos en la educación, pero sin duda son todos ellos de primera importancia.
Cabe esperar que el lector que se adentre en las páginas de la obra encuentre la oportunidad de poner a prueba sus propios criterios, gracias al debate mental que tienen los dos interlocutores y que, sin duda, ha de ayudar a comprender mejor las situaciones complejas y, en todo caso, a acercarse a los posicionamientos de los que no piensan igual. Éste, al menos, ha sido el desafío que ha movido a su autor.