La ciudad de Gijón se ve sacudida por la aparición de un payaso que sube siniestras fotos a internet en las que recorre sus calles de madrugada. Lo que en principio parece una broma de mal gusto, pronto se convierte en algo terrorífico con la aparición de varios cadáveres en la ciudad. Todos llevan la marca del asesino en serie: una mano amputada.
El inspector Castro, que hasta entonces disfrutaba de una tranquila existencia entre conversaciones de bar, vasos de whisky y sus dos grades pasiones (su mujer y el Sporting), habrá de enfrentarse de pronto a un caso para el que cree no estar preparado, como el resto de la ciudad.
David Barreiro rescata al mítico payaso gijonés para construir una trama policial tan negra y violenta como el humor que destilan sus personajes.