miedo (del latín "metus"). 1. Estado afectivo del que ve ante sí un peligro o ve en algo una causa posible de padecimiento o de molestia para él. 2. Creencia de que ocurrirá o puede ocurrir algo contrario a lo que se desea.
Escribir sobre el miedo no significa querer asustar al lector. En este reducido diccionario de tan solo dieciséis palabras (cada una con su cuento correspondiente) aparecen temores cotidianos que poco tienen que ver con puertas que chirrían o bellos y decimonónicos vampiros. Sí, en cambio, hay gente que tiene miedo de sí misma, de que conozcan sus secretos, de que las cosas cambien o de que siempre permanezcan igual, miedo de saber demasiado o ignorarlo todo, del amor y del desamor, de las sombras que los persiguen, del pasado que siempre vuelve; del terrible dolor que les queda, al final, en el alma. Se trata de ese miedo que nace de las mentiras, crece en silencio y se desarrolla hasta ocupar el espacio que los rodea. Es un miedo sin sustos ni gritos pero, no por eso, menor que el que sufríamos de pequeños en nuestras oscuras pesadillas. La capacidad que posee el ser humano para amedentrarse por cualquier motivo se podría resumir en una mínima historia que nos sirve de preámbulo: "Solo tenía miedo de aquél rincón de su mente que siempre le decía no tuviera miedo".