Su experiencia como médico y sus años de ejercicio han permitido a José Ignacio de Arana acumular anécdotas de lo más variopintas, todas tan amenas y divertidas como la del paciente que confunde al pediatra con el podólogo, el que aparece en la consulta aquejado de pedorrea en vez de piorrea, o al que han operado de almorroides en vez de hemorroides. También otros colegas y los propios pacientes han aportado sus personales experiencias.