Año cero. Nuestro protagonista no tiene nombre, sólo sabemos que al principio de la novela tiene 30 años, trabaja en un sex-shop, y sus encuentros con Dios comienzan de manera fortuita para pronto regularizarse a los martes por la tarde, día en que quedan para charlar... Pero un buen día, DIOS, SU MEJOR AMIGO, LO TRAICIONA... ¡¡Había creído tannnnnnto en Él!! Discuten acaloradamente, pero la historia no se queda ahí...Cyril Massarotto Dios es mi colega