De todos es sabido que un solo hecho, en un solo instante, puede cambiar el curso de una vida. Llámese Dios o dioses ?en singular o plural, con minúscula o mayúscula?, azar o divina providencia, parece como si una mano invisible ordenara de forma caprichosa los acontecimientos para regir nuestro destino, y la conciencia de esta vulnerabilidad es el rasgo que nos hace más humanos. Valérie Tong Cuong ?autora de sólido prestigio en Francia con seis novelas publicadas en su haber? ha escrito una historia luminosa y cautivadora, con algo de sabor surrealista, sobre unos personajes que, desgastados por la vida, conservan aún una inmensa capacidad para ser felices.
Marylou es madre soltera y abnegada secretaria de dirección. Atrapada en un gran atasco en el centro de París, necesita llegar a tiempo a la oficina para entregar una documentación crucial. Albert, de setenta y ocho años, es consciente del poco tiempo que le queda por vivir. Sin embargo, en una visita al notario para atar los cabos de su testamento se le revela el auténtico sentido de su existencia. Tom, un influyente productor de cine en la cima de su carrera, está perdidamente enamorado y sufre un inesperado percance callejero.Y Prudence, socia en un prestigioso despacho de abogados, vive bajo las limitaciones que su color de piel le impone. O así lo cree ella, hasta que una serie de coincidencias la ayudará a salir de esa prisión invisible.
Así pues, cuatro sucesos fortuitos transformarán las vidas de un puñado de personas cuyos caminos confluyen con precisión milimétrica. El azar ?¿o quizá la divina providencia?? impone su ley entre los habitantes de la gran ciudad, desencadenando un misterioso efecto dominó.