«Gracias a que existe un Allí abajo que nos acoge expectante y generoso a los de aquí arriba; y gracias a un miedo a volar que no me quiero curar, ahora que prolifera el low cost, he recorrido España en coche y en tren más veces que un senador con sus viajes de representación. He hecho de la gasolinera mi fonda; del molino de viento, mi gigante particular.Mi obsesión por la observación, hasta el punto de parecer indiscreto, me ha llevado a ser una especie de caja negra ambulante para este accidente geográfico y político que se llama España.»Desde la alegría y el humor, Óscar Terol nos propone un selfie de ese ser humano que habita en la península ibérica, menos Portugal. En este viaje, descubriremos el ADÑ, un juego verbal que sirve para ilustrar las cosas que nos unen, a pesar de que usemos los tópicos para empeñarnos en todo lo contrario. Desde el humor, sin pretender sentar cátedra ni manejar grandes convencimientos, pero con mucho conocimiento de campo, el libro hace un recorrido por el imaginario colectivo que nos convierte en seres afines. Desde la comida al paisaje, el sentido lúdico, las ganas de vivir o el apego a cosas tan etéreas como las tradiciones territoriales. Un retrato desprejuiciado de lo que somos, al hilo de cómo nos comportamos.
«Gracias a que existe un Allí abajo que nos acoge expectante y generoso a los de aquí arriba; y gracias a un miedo a volar que no me quiero curar, ahora que prolifera el low cost, he recorrido España en coche y en tren más veces que un senador con sus viajes de representación. He hecho de la gasolinera mi fonda; del molino de viento, mi gigante particular.Mi obsesión por la observación, hasta el punto de parecer indiscreto, me ha llevado a ser una especie de caja negra ambulante para este accidente geográfico y político que se llama España.»Desde la alegría y el humor, Óscar Terol nos propone un selfie de ese ser humano que habita en la península ibérica, menos Portugal. En este viaje, descubriremos el ADÑ, un juego verbal que sirve para ilustrar las cosas que nos unen, a pesar de que usemos los tópicos para empeñarnos en todo lo contrario. Desde el humor, sin pretender sentar cátedra ni manejar grandes convencimientos, pero con mucho conocimiento de campo, el libro hace un recorrido por el imaginario colectivo que nos convierte en seres afines. Desde la comida al paisaje, el sentido lúdico, las ganas de vivir o el apego a cosas tan etéreas como las tradiciones territoriales. Un retrato desprejuiciado de lo que somos, al hilo de cómo nos comportamos.