El primer recuerdo de Izan es luchar por salvar su vida. Alguien lo enterró en una fosa del cementerio de Everden, alguien que le daba por muerto. Ahora, y tras perder la memoria, su única familia son la tarotista Camelia Dunkel y la joven Emma Walker, las dos personas que le ayudaron a desenterrarse. En principio, ellas no tienen nada en común, pero ambas han acabado en el cementerio guiadas por la misma pesadilla: una en la que ven la tumba de Walter Malone. Y, ahora, los tres, solo tienen una pregunta en la cabeza: ¿qué les llevó al cementerio de Everden?