Expresa el desengaño del mundo mientras intenta dar una lección moral. El Criticón viaja a través de las edades del hombre mediante el diálogo entre un personaje maduro, Critilo (encarna el juicio y la reflexión) y otro joven, Andrenio (criado por una fiera, hombre natural y sin contacto social). Entre los grandes admiradores de Gracián se encuentran Goethe, Kant, Schopenhauer, Nietzsche o Azorín. Schopenhauer dijo de Gracián que nos había dado «uno de los mejores libros del mundo». Según Nietzsche, «Europa no ha producido nada tan fino ni profundo en materia de sutileza moral».