En clave kafkiana, o, si se prefiere, al modo de Juan Carlos Onetti, esta extraordinaria novela está protagonizada por un escritor que se dedica a observar su propia caligrafía en busca de respuestas sobre su identidad. Esos trazos sinuosos le brindan respuestas sobre el significado de escribir, sobre las angustias de la escritura creativa, y en especial, sobre la siempre mágica relación de la escritura con la vida.
Una luminosa reflexión sobre el acto de escribir.
Un escritor inicia un cuaderno con ejercicios para mejorar su caligrafía en el convencimiento de que, al mejorarla, lo hará también su carácter. Lo que pretende ser un mero ejercicio físico se irá llenando, de modo involuntario, de reflexiones y anécdotas sobre el vivir, la convivencia, la escritura, el sentido o no-sentido de la existencia.
Reseña:
«Su caso es especialmente curioso: cada uno de sus libros es mejor que el anterior. Se supone que ese fenómeno ocurre en el mundo de la ciencia, entregada como está al fetiche del progreso.»
Damián Tabarovsky, Babelia, El País