La mente es nuestro mayor misterio. Sus complejos mecanismos, sus numerosas funciones y su lado más «oscuro» hacen que la vía de conocimiento de la misma sea necesariamente gradual: poco a poco, aplicando métodos de entrenamiento, podremos incluso llegar a dominarla. El control de la mente es posible cuando hemos logrado un equilibrio entre sus aliados y sus obstáculos. ¿Cuáles son sus aliados? La lucidez, el sosiego, la confi anza o el amor incondicional. ¿Y cuáles sus ataduras? La codicia, el miedo, la malevolencia, la ira?Ramiro Calle, experto en yoga y psicologías orientales, nos enseña en este libro cómo gobernar los pensamientos para estimular lo mejor de la psiquis humana; cómo trabajar en el camino de la salud y el perfeccionamiento de la mente con el fi n de contribuir a nuestro bienestar personal. Con técnicas de meditación, armonía y relajación, entre otras muchas, reeducando la atención y desterrando aquello que nos produce sufrimiento, lograremos hacer realidad esa sabia reflexión que afirma: «No odies tu mente; si no te gusta, transfórmala».
La mente es nuestro mayor misterio. Sus complejos mecanismos, sus numerosas funciones y su lado más «oscuro» hacen que la vía de conocimiento de la misma sea necesariamente gradual: poco a poco, aplicando métodos de entrenamiento, podremos incluso llegar a dominarla. El control de la mente es posible cuando hemos logrado un equilibrio entre sus aliados y sus obstáculos. ¿Cuáles son sus aliados? La lucidez, el sosiego, la confi anza o el amor incondicional. ¿Y cuáles sus ataduras? La codicia, el miedo, la malevolencia, la ira?Ramiro Calle, experto en yoga y psicologías orientales, nos enseña en este libro cómo gobernar los pensamientos para estimular lo mejor de la psiquis humana; cómo trabajar en el camino de la salud y el perfeccionamiento de la mente con el fi n de contribuir a nuestro bienestar personal. Con técnicas de meditación, armonía y relajación, entre otras muchas, reeducando la atención y desterrando aquello que nos produce sufrimiento, lograremos hacer realidad esa sabia reflexión que afirma: «No odies tu mente; si no te gusta, transfórmala».