Año 480 a. C. Antes de morir en las Termópilas, el rey Leónidas entrega una carta sellada al oficial Perseo y le ordena que regrese a Esparta y se la entregue a su esposa, Gorgo. ¿Por qué decide que el mejor guerrero de la ciudad abandone la batalla, cuando la ley espartana prohibía retirarse o rendirse?
Esta es la historia del hombre que nació y se crio como Perseo, hijo del rey Damarato. Víctima de conjuras palaciegas, perdió el derecho al trono y debió aprender a sobrevivir como un simple guerrero. Mientras se olvidaba de quién había sido y quién estaba destinado a ser, soportó mil pruebas que lo convirtieron en otra persona: Perseo, un espartano más? y a la vez un campeón entre campeones. Y mientras tanto tuvo que ver cómo Gorgo, la mujer que amaba, se casaba con un miembro de la familia que había hundido su vida.