Por un instante pensaron que todo había pasado, pero el momento siguiente les devolvía continuamente a la realidad. Cada uno por separado y juntos al mismo tiempo temían su regreso
, sabían que el horror seguía en él y a pesar del apoyo mutuo presentían que el tiempo no detendría a la bestia.
En efecto, después de dos años, Boreas emerge del mismísimo infierno para recrearlo en un exacerbado ritual de muerte, cuyo escenario se desarrollará a modo de un juego macabro en la Universidad de Alicante.
El juego de seducción y muerte ha comenzado, pero las normas exigen que en el tablero solo haya tres jugadores: Lucía, Copado y Boreas. Se inicia así una enloquecida carrera para detener al asesino.
La inteligencia criminal del asesino es de tal calibre que los esfuerzos realizados para su detención son infructuosos, pero, en su desmesurada avidez de sangre, provocará la ira del ángel vengador. A partir de este momento las fuerzas se equilibran con un jugador más en el tablero
¿Será capaz de prever y anticiparse a cada movimiento del asesino?