Josefa y su madre recogían leña cuando vieron un reluciente landó avanzar en dirección a la finca de la familia Marqués. Desde entonces la niña de siete años no había vuelto a ver a su madre. Diez años después era una joven guapa y obediente encargada del cuarto de costura en la gran casa. Su vida transcurría apacible hasta que en mayo de 1919 los Marqués anunciaron mediante telegrama su llegada para pasar la estación estival. Veinte años más tarde la familia Marqués se ve abocada a abandonar su casa y su más que acomodada posición social. No serán los únicos, pues los Sagnier habrán de exiliarse, y otros, como Antonio, pobre pero idealista, intentará que sus convicciones morales no sean obstáculo para dar un giro a la sociedad. Todos ellos, defendiendo sus ideales, son ajenos al caprichoso destino que los une mediante un poderoso lazo y un asombroso secreto.