Todo comenzó con unas bolas de fuego que caían del cielo y se hundían en las profundidades marinas. Después llegaron las catástrofes en el mar y los ataques en las zonas costeras. Finalmente, el nivel de las aguas empezó a ascender... Mike y Phyllis Watson, una pareja de periodistas, relatan cómo lo que al principio parece ser un curioso incidente se convierte en una calamidad global. Presencian aterradoras escenas de destrucción y ven con impotencia cómo el peligro avanza ante la inoperancia de los gobiernos y los prejuicios y la inconsciencia de gran parte de la población. El Kraken despierta es un relato de una invasión alienígena en el que lo más importante es cómo responde la humanidad a la amenaza de su propia extinción y qué está dispuesta a hacer para sobrevivir. A lo largo de la mañana se amortiguó el viento. A medio día cayó la niebla y a última hora de la tarde era tan espesa que no se veía más allá de un par de metros. Debían de ser cerca de las diez y media de la noche cuando los tanques marinos surgieron de las tranquilas aguas de Gijón, sin emitir ningún sonido que delatara su presencia hasta que sus bases de metal comenzaron a arañar las rampas de piedra. Quitaron de su camino o aplastaron las pocas barcas que habían sido remolcadas allí. Fue el crujido de la madera lo que hizo que los hombres que se encontraban en las tabernas del puerto salieran a ver qué estaba pasando. Apenas podían distinguir nada en la niebla. Los primeros tanques marinos debieron de lanzar al aire las primeras burbujas de celentéreos antes de que los hombres se dieran cuenta de nada, pues enseguida todo fueron gritos y confusión. Los tanques avanzaron lentamente entre la niebla, arañando las estrechas callejuelas mientras, a sus espaldas, otros seguían saliendo del agua.