"La cuarta revolución industrial, que arranca de los mimbres de la tercera asociada a la intensa transformación digital iniciada a mediados del siglo pasado, presenta un notable poder disruptivo y se desarrolla por vías muy distintas, a otros procesos anteriores de transformación económica y social a lo largo de la historia de la humanidad. Existe un amplio acuerdo en que la cuarta revolución industrial no es una continuidad de la tercera, o anteriores, sino que supone el nacimiento de una nueva y distinta etapa para la humanidad. Y ello como consecuencia de tres rasgos concretos: el impetuoso ritmo de los cambios, su alcance e impacto general sobre los sistemas de producción, gestión y de gobierno, y a una velocidad nunca antes observada. Las técnicas empresariales de gestión, entre ellas el marketing, y la estrategia, se verán sacudidas por estos procesos y se tendrán que revisar en profundidad. El notable desarrollo de la tecnología en la cuarta revolución industrial supondrá el nacimiento de un torrente de nuevos productos y servicios que aumentarán la eficiencia y el placer de la vida personal, la satisfacción de las necesidades. Los consumidores, el objetivo del marketing, son, con gran diferencia, los claros vencedores de este proceso de transformación social, sobre todo aquellos que tengan capacidad para acceder al universo digital, que serán cada vez más. No es posible anticipar el futuro con toda seguridad. Mucho menos ante los efectos disruptivos de la cuarta revolución industrial y en un ámbito tan creativo de l