Bruno, el niño-fantasma, se ha trasladado con su familia a una vieja estación de metro convertida en museo. Junto con su amiga Lucía recorre túneles laberínticos y las calles de su barrio. Y en la frutería, en la tienda de animales o en el bibliobús se encuentran con divertidos retos matemáticos. Un día el desafío aumenta cuando el buzón del parque les entrega una misteriosa carta anónima. A esta carta le sucederá otra y otra más... En ellas se pide ayuda: ayuda matemática.