Debo mencionar en este momento que lo que se cuenta a continuación es nuestra forma de contar un cuento. Primero, yo se lo cuento a él, luego él me lo cuenta a mí; nuestra manera de entenderlo es muy distinta. Luego se lo vuelvo a contar, pero con sus añadidos, y luego él hace lo mismo, hasta que llega un momento en que no se sabe si el cuento es mío o suyo. En el cuento de Peter Pan, por ejemplo, la narración más escueta y la mayoría de las reflexiones morales son mías, aunque no todas, porque este muchacho puede ser un moralista de primera. Pero los interesantes retazos acerca de las costumbres de los bebés en su etapa de pájaros son sobre todo recuerdos de David conseguidos presionándose las sienes y esforzándose por recordar.Peter Pan salió por la ventana, que no tenía barrotes.Mientras estaba de pie en el alféizar, vio los árboles a lo lejos, que sin duda pertenecían a los jardines Kensington.Quizá todos nosotros podríamos volar si estuviéramos tan seguros de poder hacerlo como lo estuvo Peter Pan aquella tarde.J. M. Barrie (1860-1937) fue un dramaturgo y novelista escocés. Barrie nació en Kirriemuir y estudió en la Universidad de Edimburgo. En 1885, ya en Londres, escribió para la St. Jame's Gazette y otras muchas revistas.Sus primeros libros contienen apuntes sobre la vida en las aldeas de Escocia. Después de El pequeño ministro (1891), una novela romántica de amor y aventuras, escribió Tommy el sentimental (1895) y Tommy y Grizel (1900). El admirable Crichton (1902) y Mary (1903) precedieron a la primera representación teatral de Peter Pan (1904). En esta obra Barrie trata sus dos temas favoritos, la conservación de la inocencia infantil y lo que consideraba el instinto femenino de la maternidad. El pajarito blanco (1902) es la primera de sus novelas en que aparece el personaje de Peter Pan, inspirado en los niños de la familia Lewellyn Davies. Otras obras teatrales de Barrie son Lo que saben todas las mujeres (1908), Un beso para Cenicienta (1916), Querido Bruto (1917) y David (1936).En 1913 Barrie recibió el título de baronet y en 1930 fue nombrado rector de la Universidad de Edimburgo.
Debo mencionar en este momento que lo que se cuenta a continuación es nuestra forma de contar un cuento. Primero, yo se lo cuento a él, luego él me lo cuenta a mí; nuestra manera de entenderlo es muy distinta. Luego se lo vuelvo a contar, pero con sus añadidos, y luego él hace lo mismo, hasta que llega un momento en que no se sabe si el cuento es mío o suyo. En el cuento de Peter Pan, por ejemplo, la narración más escueta y la mayoría de las reflexiones morales son mías, aunque no todas, porque este muchacho puede ser un moralista de primera. Pero los interesantes retazos acerca de las costumbres de los bebés en su etapa de pájaros son sobre todo recuerdos de David conseguidos presionándose las sienes y esforzándose por recordar.