El alocado ascenso de las criptomonedas y su estrepitosa caída.
En 2021, las criptomonedas se convirtieron en la corriente dominante. Los grandes fondos de inversión las compraban, famosos como Tom Brady las apoyaban, y en la televisión se las proclamaba el futuro del dinero. Aunque casi nadie sabía cómo funcionaban, ¿a quién le importaban los detalles cuando todo el mundo estaba ganando una fortuna con Dogecoin, Shiba Inu o cualquier otro «activo digital» con un nombre curioso?
Mientras asistía como espectador a semejante frenesí, al periodista de investigación Zeke Faux no dejaba de rondarle por la cabeza una pregunta persistente: ¿era todo aquello un juego de confianza de proporciones épicas? Lo que empezó como mera curiosidad, y cierta envidia sana, terminaría transformándose en una búsqueda de dos años que le acabaría llevando por medio mundo en un intento por descubrir a los magos que se escondían detrás de la nueva maquinaria financiera mundial. Su investigación le conduciría hasta Sam Bankman-Fried (SBF), un hombre desaliñado y de pelo encrespado de veintinueve años, y a una horda de estafadores, utópicos y nuevos multimillonarios del sector de las criptomonedas.
El precio siempre sube es la crónica definitiva, por momentos desgarradora y escandalosa, de un enganño financiero de 3000 millones de dólares.