Entre los cazadores de tesoros circulan diversas historias que hablan de la existencia de un enorme tesoro que perteneció en su día a los templarios y cuya posesión codició la Iglesia católica no sólo por la fabulosa cuantía de sus riquezas, sino también por los secretos que custodiaban algunas de sus arquetas. Según algunas versiones, su descubrimiento pondría en peligro la estabilidad del mundo, ya que echaría por tierra buena parte de las creencias sobre las que se asienta el cristianismo, pues revelaría algunas verdades incómodas sobre la vida de Jesucristo.
Temido y codiciado, el tesoro de los templarios quizá no sea más que una de tantas leyendas que pueblan el imaginario europeo y que dan aliento al pensamiento hermético. O quizá exista y algún día pueda hallarse.