La recreación fidedigna y apasionante de uno de los momentos clave de la historia de Rusia y del mundo.Miguel Romanov, hermano de Nicolás II, tuvo en sus manos la posibilidad de salvar la dinastía de los zares, después de que su hermano abdicara en él.
La noche de febrero de 1917 en que una sublevación popular tomó las calles de Petrogrado, Miguel tuvo que buscar refugio en la casa de una amiga. Allí permanecería mientras la autocracia en Rusia desaparecía en una implosión. La Duma formaba un Gobierno provisional, se organizaba el Sóviet y el zar intentaba llegar en tren desde el cuartel general ruso en la Primera Guerra Mundial al palacio donde vivía con su familia.
Ese viaje en tren de más de cuarenta horas, que mantenía al nuevo Gobierno en vilo, fue su perdición. El vacío de poder hizo que la capital, y Rusia entera, se perdieran para siempre en un nuevo régimen totalitario. Miguel renunció temporalmente al poder con la condición de que se celebrasen elecciones libres y que los rusos, por primera vez en su historia, votasen por el tipo de Estado que querían, monarquía o república, en una Asamblea Constituyente. Pero el Sóviet no lo iba a permitir.
Miguel Romanov pudo haber cambiado la historia de Rusia, Se habría evitado la pérdida de sangre inútil de la Primera Guerra Mundial. La guerra civil. Los terribles regímenes de Lenin o Stalin. El presagio de la tragedia rusa, hasta hoy.