«Tu cuerpo no es nada frente a un muro de hormigón.»
¿En qué momento exacto se torció todo? ¿En qué punto tu cuerpo se convirtió en un estorbo, en un cruel recordatorio de un pasado al que no tienes más remedio que volver? Posiblemente estas sean algunas de las preguntas que se hace Eva, la protagonista de esta novela, a quien el peso de las miradas, las palabras y los deseos ajenos resulta cada vez más insoportable. Presa de un dolor físico constante y de una rutina que tampoco parece tener fin, se ha visto obligada durante los últimos diez años a malvivir encadenando trabajos como chapuzas a domicilio y camarera, realizando día tras día el mismo trayecto sin escalas, ese que va desde la apatía a la resistencia y viceversa.