Aparecido en 1960, Esgrafiados supone la vuelta del escritoralemán a la colección de fragmentos, escenas, observaciones y apuntes brevesque ya había cultivado en El corazón aventurero. Uniendo razón e intuición,análisis minuciosos y esas fulgurantes visiones unificadoras que hacen de él unautor inimitable, Jünger reflexiona sobre los rasgos que la técnica, elmovimiento y la velocidad confieren a nuestra época, y sobre el peligrosoolvido de la naturaleza; también aparecen insólitas perspectivas acerca deautores y personajes históricos, meditaciones sobre el valor simbólico de lasetimologías o los rasgos de la vida contemporánea y la espesura de relaciones ycorrespondencias en que nos hallamos inmersos. La cuidadísima traducción deIsabel Hernández logra reflejar fielmente la transparente precisión del estilode Jünger.A su vez, escrita en 1930, Carta siciliana al hombre de la luna exhiberesonancias claramente nietzscheanas, no sólo por la exaltación poética de sulenguaje sino por el tono visionario y el enigma filosófico que nos plantea.
Aparecido en 1960, Esgrafiados supone la vuelta del escritor alemán a la colección de fragmentos, escenas, observaciones y apuntes breves que ya había cultivado en El corazón aventurero. Uniendo razón e intuición, análisis minuciosos y esas fulgurantes visiones unificadoras que hacen de él un autor inimitable, Jünger reflexiona sobre los rasgos que la técnica, el movimiento y la velocidad confieren a nuestra época, y sobre el peligroso olvido de la naturaleza; también aparecen insólitas perspectivas acerca de autores y personajes históricos, meditaciones sobre el valor simbólico de las etimologías o los rasgos de la vida contemporánea y la espesura de relaciones y correspondencias en que nos hallamos inmersos. La cuidadísima traducción de Isabel Hernández logra reflejar fielmente la transparente precisión del estilo de Jünger.A su vez, escrita en 1930, Carta siciliana al hombre de la luna exhibe resonancias claramente nietzscheanas, no sólo por la exaltación poética de su lenguaje sino por el tono visionario y el enigma filosófico que nos plantea.