Este es el gran libro sobre la ciudad-Estado griega que fraguó su leyenda en los campos de batalla merced a unos ciudadanos que hicieron del coraje y la capacidad de sacrificio sus señas de identidad, pero al mismo tiempo encarnaron de forma sublimada las ideas de libertad política y de virtud cívica que ponían a la comunidad, al bien común, por encima de todo interés particular. En este sentido, Esparta fue la ciudad de la virtud y de la guerra.
Esta es su historia desde los tiempos míticos, que dieron paso a la formación de la polis de Lacedemonia, hasta la pérdida de su independencia en el año 192 a. C. Un viaje de siete siglos marcados por el auge y declive de esta potencia de la antigua Grecia donde el lector podrá adentrarse en los aspectos que integraban su kósmos, el peculiar «orden» establecido por ese legislador mítico que fue Licurgo: su régimen político, sus instituciones y costumbres, su complejo universo social, su ejército, su economía carente de moneda, su severo sistema educativo, sus cultos ancestrales y, en fin, su literatura, música y arte, que fueron muy ricos antes del advenimiento de una "revolución" que hizo de Esparta el Estado hermético, secretista, austero y militarista que la tradición nos ha legado.