Desde que murieron sus padres, Otto vive con su tía en una casa encantada. Solo él y su mascota Vincent, un murciélago parlanchín, son capaces de ver a los tres fantasmas que la habitan: el antiguo dueño de la casa y sus dos no muy fieles sirvientes, que se convertirán en unos peculiares amigos. Como si la situación no fuera ya lo suficientemente rara, Otto también conoce a Harry, un esqueleto refunfuñón obligado a recolectar las almas de los muertos. Al grupo se une Emily, una chica que tiene afición por los fenómenos paranormales. Entre todos vivirán aventuras para morirse de risa... y de miedo. Una colección para echarse unas risas con la muerte.