Al hilo de la trayectoria de tres generaciones de menestrales de Igualada que hicieron fortuna, los Torelló, el autor nos habla sobre los cambios que se produjeron y fueron decisivos para la Cataluña del siglo XVIII. Las cofradías de trabajadores; la lucha por el poder local; las transformaciones, vistas desde abajo, desde la Nueva Planta borbónica (incluidas las ventajas para el comercio, como la supresión parcial de las aduanas); el negocio de la compra de lana en Aragón y de venta de tejidos a Castilla por parte de la familia Torelló, que culminó con el salto de la feria de Verdú a la de Valdemoro (Madrid); la confirmación de una diáspora mercantil catalana en tierras españolas; y la consolidación de un distrito protoindustrial en Cataluña, están perfectamente contados.