Con mucha razón se recoge en este libro el atraso cultural en el que nos hallamos inmersos en este sentido: por la falta de agilidad gubernamental, por el rechazo, que la sociedad muestra ante la realidad de la adopción y por la diferencia que pretende establecerse entre estos niños y los que pertenecen a una familia biológica. Con acierto se insiste de distintas formas en la necesidad de asumir dentro de la normalidad un hecho tan habitual como el de ser padres.
El esfuerzo de poner por escrito esta experiencia vital, será sin duda de gran ayuda para tantas personas que se encuentran en esta situación y para entender, desde la perspectiva de un espectador, lo trascendente que resulta el fenómeno de la adopción para los padres que acogen y los hijos que, gracias a esa generosidad, pueden tener su propia familia.