La vida de MacKayla Lane se ha convertido en un juego de magia, muerte y poder entre el bien y el mal, en el que no queda claro en que bando está cada jugador, siquiera ella misma, y en el que las reglas cambian tan rápido como las alianzas. Lord Master y sus hordas de unseelie amenazan Dublín, Rowena y sus sidhe-seers pretenden añadirla a sus filas a toda costa, la policía irlandesa comienza a inmiscuirse más de la cuenta en el submundo mágico de la ciudad... y bueno, Barrons sigue siendo Barrons. Su jefe, su explotador como detectora de objetos fae, el hombre capaz de cabrearla y encenderla con una mirada y quien la enseña a sobrevivir en ese oscuro y peligroso mundo del que ya no hay escapatoria posible. Porque Mac necesita ser más fuerte que nunca para la batalla que se avecina: los muros entre el mundo humano y el mundo fae están cada día más cerca de desvanecerse, y encontrar el Sinsar Dubh (sin morir en el intento) es la única manera de mantenerlos en pie y evitar la destrucción de nuestro mundo.
La venganza ha dirigido cualquier acción de MacKayla Lane desde el asesinato de su hermana, pero el descubrimiento de que la raza humana está en peligro la obliga a adentrarse en una terrible aventura que jamás hubiera imaginado. De nuevo, la clave parece estar en el Sinsan Dubh, el libro de magia negra que tanto los miembros del oscuro mundo de las Fae como los propios humanos buscan con desespero. Y ahora, Jericho Barrons también quiere el libro, pero ¿para qué? Mac sospecha desde hace tiempo que Barrons no es completamente humano, pero entonces ¿qué es?. Sin poder confiar en nadie, está decidida a utilizar a todo aquél que le pueda proporcionar una pista, ya sea un policía humano o un atractivo Fae. Falta muy poco para la noche de Halloween y todo apunta al Apocalipsis. No tiene tiempo que perder.