Dedicatoria y agradecimientos
Un acto de fe
Aprendiendo el ABC
Por la boca muere el pez
Confía en la máquina
¿Cómo es eso del azar?
NOTA DE CAMPO: Sobre la versatilidad de las herramientas del oficio
La ventana de tus sueños
¡Escondiendo el flash!
¿Recuerdas cuando AWB era una banda?
Fotografiar la excelencia
NOTA DE CAMPO: Cómo van las ventas de imágenes de archivo
Recuerda las manos
Lo que ahora es fácil y lo que no
¡Trabaja con la luz de las ventanas!
El acceso lo es todo
¡La suerte del clic!
Viñetas de un día en el campo
NOTA DE CAMPO: El fotógrafo envejecido
Cuando la arrogancia se encontró con la estupidez
Tomar atajos
NOTA DE CAMPO: La lente de 300 mm es en realidad una herramienta de diagnóstico
¡Que llueva! ¡Que llueva!
Tu imaginación es la vaca en la cocina
Las herramientas del oficio
Ver la luz de la ventana, hacer luz de la ventana
¿Cómo es eso del azar?¡Vender humo!
Cuando la luz es la historia... pero la historia no trata solo de la luz
La llamada de «La gran nada»
Una visita al bufet de cámaras
En busca de la oscuridad
De bodas
¡Especulador!
El estado de las cosas
NOTA DE CAMPO: Desde un taxi
La fotografía es escribir con luz. Pero antes hay que escribir en papel
NOTA DE CAMPO: El fijador
Buscando héroes
Hacer fotos, hacer amigos
¿En qué estaba pensando?
Sobre ser icónico, importante y recordado
Para finalizar
Lo primero que hizo Joe McNally al llegar a la ciudad de Nueva York en 1976 fue trabajar como chico de las fotocopias en el Daily News, «el perro desgraciado de la redacción». Percibía un salario miserable y vivía en un hotel barato de Manhattan. La vida no era glamurosa. Pero gracias a su buen ojo para las fotos y la voluntad de aceptar (casi) cualquier trabajo que le ofrecieran, se subió sin dudarlo a la siempre precaria cuerda floja de los fotógrafos independientes. Cuarenta años después, cuenta en su haber con historias y encargos para National Geographic, Time, LIFE, Sports Illustrated y muchas más publicaciones. Ha visitado casi 70 países y recibido docenas de premios. En Fotografía de verdad, Joe McNally comparte con franqueza historias, lecciones y conocimientos de su vida como fotógrafo. No se trata de un libro de instrucciones que explique, por ejemplo, «qué hacer con la luz», aunque también incluya información instructiva. Tampoco es una mirada retrospectiva a «los buenos viejos tiempos», porque, en realidad, nunca existieron. Este libro es un conjunto de «notas de campo» sinceras, recopiladas a l