El catedrático de Derecho Internacional Barcia Trelles nos traslada a la época imperial del siglo XVI, al momento en que coincidieron las espadas conquistadoras con las principales figuras intelectuales que nutrieron las universidades españolas de aquellos años, cuando por primera vez en la historia se plantearon problemas de carácter específicamente internacional, revelándose las dificultades para determinar jurídicamente cuáles eran las consecuencias del descubrimiento del Nuevo Mundo y de su conquista. Con el objetivo de demostrar que España es la indiscutible cuna de la ciencia internacional, se nos explica que este hecho era inevitable, teniendo en cuenta la realidad a la que la Monarquía Hispánica tuvo que enfrentarse, requiriendo de principios innovadores que ofrecieran una adaptación a la situación. Uno de los principales impulsores de estos principios innovadores fue el dominico Francisco de Vitoria, un espíritu que, según el autor, inmortalizó al país al expresarse con el lenguaje de los ciudadanos del mundo. Un jurista implacablemente lógico, sin miedo al cambio radical en defensa de la verdad, cu