Los padres de Bernice Eisenstein, judíos polacos, se conocieron en el campo de concentración de Auschwitz poco antes del final de la segunda guerra mundial. Tras su liberación, contrajeron matrimonio y se instalaron en Canadá. Los primeros recuerdos de Bernice se remontan a la década de 1950, cuando vivía con su familia en un barrio de judíos emigrados de Toronto. Por entonces, sus padres se esforzaban en recuperar la normalidad y apenas hablaban del Holocausto, aunque la sombra del horror planeaba sobre ellos como una presencia inquietante. Cuando era una niña, la joven Bernice se preguntaba de dónde provenían el miedo de su madre o la furia de su padre; ella era demasiado pequeña para entenderlo, pero notaba que ambos guardaban un secreto muy importante.. A partir de esta incertidumbre, del «viejo secreto» nació Fui hija de supervivientes del Holocausto, un testimonio agudo, honesto y en ocasiones satírico de la experiencia aterradora de vivir bajo la sospecha de ser diferente, de pertenecer a un grupo de individuos a los que miles de personas condenaron al grito de: «¡Deben morir!».. Fui hija de supervivientes del Holocausto cuenta además con el trabajo de ilustración de la autora, retrato visual del desasosiego y la memoria. Este libro ha pasado a formar parte de los clásicos del género; la crítica internacional así lo ha considerado, situándolo junto a la obra de autores como Primo Levi, Elie Wiesel, Raul Hilberg o Art Spiegelman.