«Dice la autora que esta novela se convirtió, al escribirla, en su propia máquina de oxígeno; también lo es para sus lectores. La tristeza de tener que usarla, la esperanza de que aún haya aire. Parece de todo menos un debut.» MANUEL JABOIS
Siempre seremos demasiado jóvenes para perder a un padre.
Todo empieza por la célula. Una célula de Álvaro se transforma, muta, se reprograma, se niega a morir. Pronto vienen más, se rebelan ante el organismo, se reproducen, forman masas, bultos. Con ellas llegan los síntomas y con los síntomas, el diagnóstico. Pero Álvaro no lo escucha solo, porque quien está allí, junto a él, es Gabriela, su hija. Será ella quien narre esos días y por tanto esta historia, la de una familia que se enfrenta a un destino feroz y a la rabia y desolación de un futuro que se convierte en amenaza.
Gabriela escribe aquí un testimonio poético, un reconocimiento de lo poco preparados que estamos para cuidar a quien nos ha cuidado. Un relato hecho de retazos rescatados al recuerdo para narrar el difícil camino de una hija que empieza a asumir que existirá un mundo incapaz de imaginar. Un mundo sin su padre.
«Un libro con mucha profundidad existencial. Gabriela, hablando de su padre, nos cuenta nuestro papel en este mundo. La historia que narra es la de todos.» GALDER REGUERA
«Delicadísimo, inteligente, un acto de profundo amor al padre. El dolor no consigue imponerse a la belleza.» JUAN TALLÓN