Tras vivir dos años en los Alpes con su abuelo, la tía Dette se lleva a Heidi a la mansión de la familia Sesemann, en Frankfurt, para que reciba una buena educación. Y aunque echa en falta la vida en las montañas, vive momentos muy felices junto a la hija de los Sesemann, Clara, que está postrada en una silla de ruedas. Pese a la severidad de la señorita Rottenmeier, la institutriz de Clara y Heidi, entre las niñas se forjará un bonita amistad.