¿Existe una relación entre desarrollo económico y felicidad? En la historia humana, desde la aparición de los primeros homínidos hasta nuestros días, hay tres grandes revoluciones que son a la vez económicas y culturales y que cambiaron la forma en que producimos, pensamos y vivimos. Y cambiaron, también, el concepto de felicidad.
Después de la revolución cognitiva, con la que nace el pensamiento simbólico y que permitió a las tribus de cazadores y recolectores lanzarse a la conquista del mundo, la revolución agrícola vio que la felicidad está más allá de los deseos y la vida terrenales. Con la revolución industrial esta parecía posible como resultado de políticas y acciones humanas. Hoy, en la «aldea global» se confrontan dos ideas de felicidad: una basada en el placer y la otra, ética. Parecen oponerse, pero no son irreconciliables y tal vez una síntesis sea posible.