«Aquel ser humano que no conoce la naturaleza, que no camina bajo las ramas y las hojas como bajo su propio techo, es parcial y está herido». Mary Oliver. Mary Oliver, ganadora tanto del Premio Pulitzer como del Na¡tional Book Award, es una de las voces más influyentes de la literatura contemporánea. Habitualmente remota y discreta, pasa al primer plano memorialístico en esta inclasificable y bellísima miscelánea en la que «todo cuanto aparece es cierto en el sentido más autobiográfico de la palabra». Son, por tanto, nueve ensayos repletos de recuerdos y experiencias personales, acom¡pañados de una breve selección de poemas «escritos en plena naturaleza» y con la obligación autoimpuesta de que reflejen «una existencia vivida con pasión, paciencia e inteligencia». Así, por ejemplo, del relato de aquellos días en los que la poeta emprendió la construcción de una cabaña que sirvie¡ra de espejo y refugio para el alma, antes incluso que para el cuerpo, pasamos a la crónica de su meticulosa atención hacia las arañas con las que convive, o a la descripción de ese instan¡te, inexplicable y sagrado, en el que dos cie