En 1895 se estrena en el teatro St.James la importancia de llamarse Ernesto, la pieza más brillante de Oscar Wilde (1854-1900) y también la ultima. De ritmo vertiginoso y parlamentos agudos, la obra aparenta ser una comedia de enredos y costumbre, pero deja entrever, como es típico en el dramaturgo irlandés, un trasfondo dramático, de donde emerge el retrato de una sociedad falaz, prejuiciosa y de doble moral. Pero las convicciones quedan expuestas, y ya no podrán permanecer soterradas bajo los buenos modales, respuestas displicentes y perezosas costumbre. Vera o los nihilistas, primera pieza teatral del Wilde se represento en agosto de 1883, en Nueva York, en el transcurso de su gira por los Estados Unidos.