La llegada al trono de Isabel II, cuando aún era una niña, suscitó una guerra civil y abrió el camino para la ruptura liberal con el absolutismo. Reinó bajo la larga sombra de una madre poderosa que la despreciaba, de un marido que la odiaba y de unos partidos liberales que, incapaces de entenderse entre ellos, trataron de manipularla en beneficio propio. Su concepción del poder monárquico, netamente patrimonial, fue de la mano de la inadecuación de su comportamiento personal a los valores de la sociedad burguesa. Sin embargo, la extraordinaria capacidad de desestabilización política y moral de la reina no fue la causa última de la falta de consenso del liberalismo isabelino sino su mejor exponente.Las relaciones entre la monarquía y el liberalismo decimonónico eran difíciles tanto en España como en la Europa posrevolucionaria. Este libro analiza, como nunca antes se ha hecho, la forma específica que adoptó esa tensión durante el reinado de Isabel II, un periodo fundamental de cuyos logros y limitaciones dependió, en muy buena medida, la posición de la monarquía en el régimen liberal hasta la II República.La biografía de Isabel II permite una amplia reflexión sobre el papel de la Corona e introduce nuevos elementos para el debate político actual sobre ésta, en España y en Europa.
Premio Nacional de Historia 2011
Luces y sombras de la monarquía en uno de los periodos más convulsos de la historia de España.
La llegada al trono de Isabel II, cuando aún era una niña, suscitó una guerra civil y abrió el camino para la ruptura liberal con el absolutismo. Reinó bajo la larga sombra de una madre poderosa que la despreciaba, de un marido que la odiaba y de unos partidos liberales que, incapaces de entenderse entre ellos, trataron de manipularla en beneficio propio. Su concepción del poder monárquico, netamente patrimonial, fue de la mano de la inadecuación de su comportamiento personal a los valores de la sociedad burguesa. Sin embargo, la extraordinaria capacidad de desestabilización política y moral de la reina no fue la causa última de la falta de consenso del liberalismo isabelino sino su mejor exponente.
Las relaciones entre la monarquía y el liberalismo decimonónico eran difíciles tanto en España como en la Europa posrevolucionaria. Este libro analiza, como nunca antes se ha hecho, la forma específica que adoptó esa tensión durante el reinado de Isabel II, un periodo fundamental de cuyos logros y limitaciones dependió, en muy buena medida, la posición de la monarquía en el régimen liberal hasta la II República.
La biografía de Isabel II permite una amplia reflexión sobre el papel de la Corona e introduce nuevos elementos para el debate político actual sobre ésta, en España y en Europa.