De entre todos los álter ego, seudónimos y heterónimos de Manuel Vázquez Montalbán, Jack el Decorador es posiblemente el menos conocido y, sin embargo, el primero y más hilarante de todos ellos. Nacido en 1969, en las páginas de la revista de decoración Hogares Modernos, este sarcástico detective tal vez precedente del otro gran investigador, Pepe Carvalho forma parte por derecho propio del olimpo de personajes de ficción del popular escritor. A través de Jack el Decorador, Vázquez Montalbán parodió insistentemente el consumismo y los gustos estéticos de las clases medias que empezaban a asomarse al diseño como banal seña de identidad. Coetáneos del fenómeno narrado por Susan Sontag, de la gauche divine barcelonesa, de la reflexión sobre el kitsch de Gillo Dorfles y de los análisis semióticos de Umberto Eco, los artículos de Jack el Decorador no sólo constituyen un material inédito hasta el momento, sino también un valioso testimonio de esa versión castiza del movimiento pop que se desarrolló en España durante los estertores del franquismo. «A través de mis artículos en Hogares Modernos intentaba enviar mensajes de náufrago. Eran mensajes para mí mismo. Era una manera de decirme estoy vivo y, cuando firmaba Jack el Decorador, me sentía como liberado.» Manuel Vázquez Montalbán